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Muestra lo que tienes

2009-08-20

Vivimos en una época magnífica. Los medios para la expresión personal y colectiva nunca han estado tan extendidos. Ahora es posible difundir una obra por todo el globo casi al instante y por un coste mínimo. No sólo están disponibles los medios, sino que la gente los aprovecha.

Uno podría argumentar que la inmensa producción cultural está creando un mar de mediocridad que inunda los campos intelectuales y ahoga los brotes plantados por los grandes talentos. Afirmo que esto supone infravalorar la capacidad humana de crear y aceptar algo bueno. El paradigma de la producción cultural centralizada y concentrada en manos de unos pocos nos ha dado miles de cancioncillas estridentes por cada Las Cuatro Estaciones, cientos de peliculillas tontas por cada El Gran Dictador. Raro será que un auténtico auténtico mercado libre y vibrante en el sentido más amplio en el que todo el mundo produzca algo no sea capaz de dar algo de buen valor de vez en cuando. Además, ¿quién es quién para diferenciar la basura del diamante en términos absolutos y universales?

Si sabes hacer algo, da igual que sea pintura, matemáticas o reparación de calzado, compártelo con el mundo. ¡La actitud del «qué se ha creído éste» que tanto nos cohibe ha de desaparecer! ¿Acaso eres tú un juez capaz de decidir si lo que haces es digno de exhibición? Es más: ¿acaso eres tú un juez capaz de decidir si lo que hace tu vecino es digno de exhibición? ¿Puedes afirmar con rotundidad que tu pequeño truco es lo más grande que hay en el mundo? ¿Puedes afirmar con rotundidad que el mayor experto no podrá aprender algo de tu pequeño y miserable truco? No se trata de hinchar el ego, sino de satisfacer una necesidad profunda y tan antigua como el hombre. Enfréntate al mundo, muéstrate y enseña con orgullo y humildad a partes iguales tu verdad indiscutible: «éste soy yo, ésto es lo que tengo, toma lo que te sea útil».

He aquí algo inquietante: todo lo que te guardas para ti está condenado a la muerte, al olvido; de hecho es como si no existiera. ¡Vaya desperdicio! Si enseñas lo que sabes, probablemente alguien en alguna parte se verá beneficiado. Aun si lo que haces es pequeño y limitado, existe la posibilidad de que alguien se apoye en ello para alcanzar una meta más ambiciosa.

Deja tu huella en el mundo.

Categorías: Miscelánea

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