…esto no es un subtítulo…
2010-01-10
En plena Puerta del Sol de Madrid se encuentra el kilómetro cero, origen de las carreteras radiales. Tan emblemático punto está señalado con una placa en el suelo. Décadas de servicio pasan factura y la placa llegó a presentar un aspecto lamentable.
El aspecto del kilómetro cero hace unos meses era muy malo y, de
hecho, llegó a ser peor que el de la fotografía.
El kilómetro cero fue sustituido por una réplica hace poco tiempo. La nueva piedra tiene un aspecto muy semejante al de la original en su juventud; de hecho, contiene el mismo error gravísimo: el símbolo de «kilómetro» figura como la extaña abreviatura «Km.» (¿kelvin metro punto?). La forma correcta es km: en minúsculas y sin puntos. Por supuesto, la escritura correcta habría perdido parte del encanto histórico.
El nuevo kilómetro cero es suave, suave.
Es costumbre entre los turistas sacarse fotografías con el kilómetro cero, normalmente con un pie apoyado sobre él. Hay una costumbre mucho menos extendida pero mucho más divertida: poner a cero el cuentakilómetros interno. Para hacerlo, basta con situarse sobre el hito kilométrico con los pies firmes y ejecutar tres saltos con un tercio de giro de rotación cada uno, de modo que se acaba dando una vuelta completa. Tras completar los tres saltos con éxito, el cuentakilómetros interno queda ajustado a cero. Es una fantasía entretenida.
Rutina para poner a cero el cuentakilómetros interno: tres saltos
con una rotación de un tercio de vuelta cada uno.
Categorías: Madrid
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