Vampiro
2010-02-05
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Un monstruo clásico muy popular: el vampiro. Presentes en toda clase de obras de ficción, los vampiros difícilmente podrían estar más de moda.
Los mitos sobre vampiros, seres sobrenaturales que succionan la sangre de sus víctimas, acompañan al ser humano desde el más remoto pasado. Dioses, demonios, espíritus atormentados, hombres nobles desquiciados, cadáveres animados, seres repulsivos y seres bellísimos: estas formas y muchas más son las que ha adoptado el mito del vampiro a lo largo y ancho del mundo.
En la literatura contemporánea, destaca la famosísima novela Drácula de Bram Stoker, publicada a finales del siglo XIX, que marcó el arquetipo de vampiro favorito de occidente hasta finales del siglo XX: un vampiro cruel, sensual y repulsivo al mismo tiempo; un vampiro con poderes metamórficos, fuerza sobrehumana e inmortalidad, pero debilitado por símbolos religiosos y la luz del día. La mayor parte de los vampiros de la literatura y el cine de occidente a lo largo del siglo XX se distribuyó entre el muy refinado Drácula y los antiguos vampiros que eran casi una fuerza de la naturaleza.
Estos últimos años se lleva un vampiro muy romántico: humanizado y con las emociones a flor de piel; un vampiro bueno que enamora a las jovencitas. El icónico Lestat de las novelas de vampiros de Anne Rice es el ejemplo perfecto del chupasangres actual.
Una referencia interesantísima es el artículo sobre los vampiros de la Wikipedia en español (el artículo enlazado fue editado el 3 de febrero de 2010 a las 8:08).
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