…esto no es un subtítulo…
2011-06-13
Recientemente fueron capturados tres ciudadanos identificados por el Cuerpo Nacional de Policía (CNP) como la cúpula de Anonymous en España. La nota de prensa del CNP informa o desinforma sobre lo sucedido, al igual que informan o desinforman numerosos medios de comunicación.
A modo de tronchante «metaanálisis», la tira cómica Sinergia sin Control recoge las reacciones a la noticia.
Actualización: Hoy encontré en Del derecho y las normas un interesante análisis sobre un posible motivo para la aparentemente desafortunada elección del lenguaje en las comunicaciones del CNP: según el artículo, el fin podría ser considerar Anonymous como una organización criminal, lo que eleva las responsabilidades y las penas aplicables. No suena muy descabellado.
¿Puede haber una cúpula de Anonymous? Recordemos que cualquiera puede hacer cualquier cosa en nombre de este grupo sin pedirle permiso a nadie. No tenemos entre manos una organización bien estructurada, sino algo más parecido a un fenómeno emergente en el que diversas personas, a título individual, proponen acciones bajo el nombre de Anonymous, acciones que cualquier otra persona, por su propia iniciativa, puede secundar en cualquier momento bajo el mismo nombre y puede dejar de secundar en cualquier otro momento. Anonymous no es más que un estandarte que cualquiera puede enarbolar para iniciativas propias con el fin de animar a otras personas para que se unan a ellas. Si aceptamos un lenguaje fuertemente generalizado, podemos decir, que Anonymous está formado por numerosísimas células que tan pequeñas como un solo individuo y cuya existencia es meramente instantánea: Anonymous dentro de poco tiempo puede ser completamente irreconocible. De esta manera, cualquiera con un mínimo de iniciativa puede ser considerado cúpula de Anonymous, al menos durante los potencialmente escasos segundos durante los que le hagan caso, pero esta concepción es tan generalista que roza lo inútil.
Anonymous es una «desorganización» muy heterogénea. En un momento dado, puede estar formada por una multitud con máscaras de Guy Fawkes que protesta ante la sede de una secta religiosa; días después, puede estar formada por personas completamente distintas, cientos de script kiddies que lanzan ataques distribuidos de denegación de servicio con herramientas de terceros que algunos comprenden y otros no. Por supuesto, Anonymous actúa a modo de marca con unos objetivos bien definidos: el blanco típico de Anonymous se caracteriza por haber cometido ofensas contra derechos y libertades individuales y colectivos.
Tanto muchos medios de comunicación como el CNP afirman que Anonymous es un grupo de hackers. Así que ahora coger un programa de un tercero como el LOIC le da a uno credibilidad de hacker. Los estándares han descendido hasta los mismísimos infiernos. En todo momento habrá hackers actuando bajo el nombre de Anonymous, como también puede haber panaderos y coleccionistas de sellos, pero todavía está por ver que en un medio de comunicación de masas digan que Anonymous es una asociación filatélica.
La nota de prensa del CNP hace un uso inconsistente del lenguaje al hablar sobre los ataques distribuidos de denegación de servicio. En un primer momento, afirma aventuradamente que estos ataques fueron lanzados desde el domicilio de uno de los detenidos. Estos ataques, como su nombre indica, son distribuidos, es decir, parten desde una multiplicidad de orígenes. El servidor localizado en el domicilio de uno de los detenidos sólo habría indicado el objetivo a atacar, mientras que habrían sido los usuarios del programa de denegación de servicio quienes habrían lanzado los ataques voluntariamente. Nótese, por cierto, el uso del condicional: en el momento de escribir estas líneas, no ha habido un juicio con el que establecer lo que sucedió realmente, así que es impropio lanzar afirmaciones tajantes, por muy contundentes que sean las evidencias. Más adelante, el lenguaje ya es correcto: se habla de coordinación y se hace uso del condicional.
También se habla de la sofisticación
de los ataques
distribuidos de denegación de servicio. Estos ataques consisten
en realizar muchas peticiones a un servidor desde numerosos clientes.
El objetivo es señalado desde un lugar central en el caso de LOIC,
que es el programa informático que nos ocupa. Pues bien, este modelo
tan rudimentario pero efectivo es, al parecer, sofisticado.
Luego tenemos esto. Nada mejor que vender acusaciones gravísimas en las que aparece ETA. De este dato sólo se hacen eco los medios de comunicación; no aparece mención alguna a ETA en el comunicado de prensa del CNP.
Categorías: Actualidad
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