…esto no es un subtítulo…
2013-02-11
Continúa la serie de artículos sobre aerodinámica. Hoy introducimos el concepto de la corriente exterior.
Al desarrollar modelos matemáticos para la física aplicada, es muy provechoso buscar algo tan sencillo y fácil de manejar. Podríamos modelar el aire como un conjunto de muchísimas moléculas (y a veces es útil hacerlo), pero es frecuente que baste trabajar como si fuera un medio continuo. Visto como medio continuo, el aire se comporta a menudo como un gas ideal no viscoso: responde casi perfectamente a la ley de los gases ideales y a las ecuaciones de Euler de la mecánica de fluidos. Por supuesto, hay regiones como las capas límite, las estelas y los frentes de combustión donde estas aproximaciones son poco satisfactorias o incluso inaceptables, pero en estas regiones sucede muchas veces que hay otras hipótesis simplificatorias que también ayudan a hacer el problema mucho más manejable.
Supongamos que tenemos una corriente razonablemente uniforme o, al menos, sin variaciones bruscas significativas. Esta corriente incide sobre un cuerpo. Lejos del cuerpo, los fenómenos como la viscosidad y la conducción de calor no se notan y podemos usar un modelo no viscoso (las ecuaciones de Euler o algo equivalente como la ecuación del potencial de velocidades) para predecir el comportamiento del aire. Esta región es la corriente exterior y en muchos cuerpos «aerodinámicos» como los aviones y los misiles se extiende por todo el espacio salvo películas delgadas cerca del cuerpo (capas límite) y aguas abajo de él (estelas).
Regiones: la corriente exterior es todo el aire salvo la zona
punteada en verde.
Categorías: Aeroespacio, Física
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