…esto no es un subtítulo…
2014-06-10
Digamos que pagamos una cuota mensual algo considerable por una actividad de ocio. No pasamos por penurias económicas; si lo hiciéramos, prescindiríamos de tal actividad inmediatamente. Hace unos meses, la empresa olvidó cobrarnos la cuota correspondiente. Recientemente, la empresa nos pone al día con el cobro de dos cuotas seguidas sin recargo alguno. Ciertamente, no hemos perdido nada frente al caso en el que nos hubieran cobrado puntualmente. La mensualidad que faltaba hasta ahora era un dinero con el no podíamos contar para otros gastos porque teníamos que pagarla más tarde o más temprano. La pregunta que podemos hacernos es la siguiente: ¿cuánto podríamos habernos beneficiado sin asumir riesgos?
Podemos plantear un esquema bastante seguro para el pago de mensualidades fijas mediante domiciliación bancaria.
Disponemos de dos cuentas: una corriente sin remunerar, que es la que sirve para las domiciliaciones; y otra de ahorros remunerada. No nos cobran comisiones por mover dinero de una cuenta a otra; si nos las cobraran, podríamos irnos sin remordimientos a otro banco, pues debemos recordar en todo momento que en nuestro banco actual no nos quieren por nuestro gran corazón, sino por el vil metal.
Nuestro esquema es muy sencillo. Disponemos de una cantidad equivalente a la cuota mensual en la cuenta corriente. De igual manera, ingresamos cada mes una cantidad idéntica a la mensualidad en la cuenta de ahorros remunerada. Cada vez que nos cobran la cuota, movemos dinero de la cuenta de ahorros a la cuenta corriente para cubrir el agujero. Si un mes no nos cobran la cuota, el ingreso correspondiente en la cuenta de ahorros se queda produciendo una plusvalía hasta el momento en el que los pagos se quedan cubiertos. Esta plusvalía es minúscula, pero existe.
Digamos que nuestra cuota mensual es de 150 € y la cuenta remunerada tiene un tipo de interés nominal del 1 % anual. Si nuestros rendimientos del capital de este año son inferiores a los 6000 €, pagaremos un 21 % de impuestos por ellos. De esta manera, el tipo efectivo mensual tras impuestos será apenas ligeramente inferior al 0,066 %. Si un mes no nos cobran la mensualidad de 150 € pero nos ponen al día al mes siguiente, tendremos un beneficio de 0,10 €. ¡Esto es muy poco dinero en comparación con la más imponente cuota de 150 €! Ahora bien, no podemos quejarnos de haber salido perjudicados, pues no es el caso.
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