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Línea o límite de Armstrong

2016-09-27

La línea de Armstrong es la altitud por encima de la cual los fluidos expuestos del cuerpo humano entran en ebullición. Debe su nombre a Harry George Armstrong, fundador del Departamento de Medicina Espacial de la Fuerza Aérea de Estados Unidos.

El punto de ebullición del agua en función de la presión y la temperatura

La saliva, las lágrimas y otros fluidos expuestos del cuerpo humano están formados mayormente por agua. El agua puede permanecer líquida (en equilibrio termodinámico local con su vapor) en función de la temperatura y la presión. A presión constante, el agua deja de poder permanecer líquida por encima de cierta temperatura. A temperatura constante, sucede lo mismo al bajar la presión. Por ejemplo, a una presión próxima a los 101 kPa, el agua entra en ebullición al elevar la temperatura a unos 373 K; igualmente, a una temperatura de unos 373 K, el agua entra en ebullición al bajar la presión a unos 101 kPa.

La temperatura de los fluidos corporales es aproximadamente constante

La saliva, las lágrimas y otros líquidos expuestos de un cuerpo humano sano se encuentran a una temperatura cercana a los 310 K (la temperatura coporal). Un ser humano cuyos fluidos están a una temperatura notablemente diferente probablemente está muerto o a punto de morir.

La presión de los fluidos corporales expuestos es la de la atmósfera circundante

Por otra parte, los fluidos corporales expuestos están en contacto con la atmósfera que rodea al cuerpo. Salvo el pequeño efecto de la tensión superficial, no hay manera de mantener una diferencia de presión con el aire. Los fluidos expuestos se encuentran prácticamente a la presión de la atmósfera que rodea el cuerpo.

Presión de ebullición del agua a la temperatura corporal

Los experimentos muestran que el agua a unos 310 K hierve cuando la presión baja de los 6,3 kPa. Si la presión ambiente queda por debajo de este valor, los fluidos corporales expuestos, que son mayormente agua, empiezan a hervir, ya que el equilibrio en estado líquido se hace inviable en la práctica.

Atmósfera Estándar Internacional y presión de ebullición del agua a temperatura corporal

Sabemos que la presión atmosférica, a grandes rasgos, desciende con la altitud. La presión depende del instante y el lugar, pero hay modelos que sirven de buena aproximación cuando no hay más datos. Un modelo es el de la Atmósfera Estándar Internacional. De acuerdo con este modelo, la presión queda bajo la de ebullición de 6,3 kPa a partir de unos 19 km, en plena estratosfera. Esta altitud de unos 19 km marca aproximadamente la línea de Armstrong. El límite de Armstrong preciso depende de las condiciones locales de la atmósfera: puede estar algo más alto o más bajo en función de la localización sobre la superficie terrestre y del instante en el que se mida.

Efectos sobre la salud de permanecer por encima del límite de Armstrong

Inmediatamente, los líquidos expuestos comienzan a hervir. Por supuesto, esto hace que las zonas expuestas se sequen rápidamente. Por ejemplo, si las vías respiratorias están expuestas, la saliva entrará en ebullición, aunque en tal caso la sequedad bucal sería el menor de los problemas, ya que la hipoxia dejaría al sujeto rápidamente inconsciente y lo mataría tras poco tiempo: de hecho, el oxígeno disponible es insuficiente bastante antes de llegar al límite de Armstrong.

Hay otras complicaciones derivadas de la baja presión que aparecen antes de llegar a los 19 km. Si la exposición al entorno de baja presión fuera repentina, la situación se complicaría con un barotraumatismo bastante catastrófico. Si la descompresión es algo más lenta y se evita la ruptura de tejidos debido al cambio brusco de presión, los problemas se reducen, pero todavía pueden formarse burbujas dolorosas a partir de los gases disueltos en los fluidos del interior del cuerpo. El agua de la sangre y de los demás fluidos internos no tiene por qué hervir, ya que el interior del cuerpo está a una presión superior a la ambiental, pero las burbujas, además de causar dolor, pueden provocar la muerte.

Como mínimo, superar el límite de Armstrong puede ser muy incómodo. El riesgo de muerte es elevado a menos que la zona del cuerpo expuesta al entorno de baja presión esté muy limitada o el tiempo de exposición sea de pocos segundos. En general, el principal peligro no está en la evaporación de los fluidos expuestos que se da al superar el límite de Armstrong, sino en la hipoxia (que empieza a producirse a menor altitud) y en los distintos efectos de una descompresión rápida.


Categorías: Aeroespacio, Salud

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