…esto no es un subtítulo…
2021-05-31
En su lucha por mantener el siniestro modelo de negocio de espiar toda actividad en línea de forma no consentida, las empresas que se dedican a comerciar con datos personales buscan maneras de, mediante el fraude, fingir que cumplen las leyes que protegen los derechos de los ciudadanos. A menudo se abusa del concepto del interés legítimo con este fin tan desagradable.
El Reglamento General de Protección de Datos exige en general consentimiento informado para el tratamiento de los datos personales, pero hay excepciones en las que no hace falta dicho consentimiento cuando existe un interés legítimo. La prevención del fraude y el mantenimiento de la seguridad de los sistemas informáticos pueden considerarse interés legítimo. No es interés legítimo comerciar con los datos personales incluso si el modelo de negocio de una empresa consiste exclusivamente en eso. El incauto lector puede haberse percatado de muchos formularios en los que, a pesar de que el consentimiento está denegado por defecto (como ha de ser), aparece una opción de interés legítimo habilitada por defecto. El interés legítimo en estos casos suele ser inconcebible para alguien en su sano juicio y esto no es más que un sucio patrón oscuro para hacer como que el usuario acepta que se le espíe.
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