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Crítica a la recomendación a menudo no justificada de llevar patines excesivamente grandes

2021-09-27

El patinaje artístico no es un deporte barato. La compra de patines supone un esfuerzo económico importante para muchos patinadores y sus familias, así que acertar con la talla a la primera es algo prioritario. Existen fuentes de información muy recientes que insisten en recomendar tallas de botas excesivamente grandes, al menos para algunos fabricantes. Por ejemplo, es fácil encontrar hoy la recomendación inespecífica de que las botas del fabricante Risport sean 15 mm más grandes que el tamaño del pie. Como veremos, a esta recomendación le falta precisar un detalle muy importante: se basa en un máximo generoso para familias de patinadores en edad de crecimiento que, comprensiblemente, prefieren maximizar el tiempo de uso de los patines a pesar de que el pie aumenta su tamaño con el correr de los meses o años.

Los niños patinadores suelen tener la peculiar manía de crecer. Las prendas (y esto incluye el calzado) pueden quedarse pequeñas antes de romperse. A menudo, el presupuesto familiar tiene otra peculiar manía: no es ilimitado. Es por esto que, dentro de ciertos límites, puede ser conveniente adquirir ropa y material deportivo algo sobredimensionados con la esperanza de que esto permita usarlos más tiempo.

Un pie que baila dentro de la bota es un pie inseguro y propenso a las rozaduras que pueden degenerar en lesiones debilitantes; es un pie que no tiene autoridad sobre el patín, que tenderá a descontrolarse y ensuciar la técnica en el mejor de los casos o directamente provocar accidentes y daños en articulaciones y huesos en el peor de los casos. Es por esto que muchos fabricantes dan recomendaciones tales como no exceder la longitud del pie en 15 mm (o medidas próximas a los 15 mm) en el caso de deportistas en edad de crecimiento y solamente por mitigar el coste que supondría renovar más a menudo patines de una talla más próxima a la óptima. ¿Cuál es esta talla óptima? Es, habitualmente, la talla más pequeña que permita introducir el pie en la bota y abrochar los cordones. Esto, por cierto, incluye no solamente a casas como la canadiense Jackson, de la que se reconoce que sus botas han de ir ajustadas, sin holguras), sino también a otras casas de más tradición en Europa como la italiana Risport, incomprensiblemente encasillada en los 15 mm en exceso sin precisar el porqué. Risport, por cierto, desde hace años indica que no hay que exceder la longitud del pie en 15 mm en el caso de niños y 10 mm o (más recientemente) 5 mm en el caso de adultos. Añadir 15 mm y no más de 15 mm es, por lo tanto, una opción que puede ser válida, pero con matices.

Como en casi todo hay excepciones, hay pies que no se adaptan a la recomendación de usar una bota ajustada. Los fabricantes indican las tallas en longitud y, si acaso, ancho del pie, pero un pie tiene una geometría lo bastante variable como para que no sea perfectamente seguro identificarlo solamente con dos medidas. Los atletas con talones particularmente anchos o con empeines particularmente altos, por ejemplo, pueden diferir excesivamente de lo que asumen los fabricantes y requerir botas que, sin más información, parecerían demasiado grandes. En tales casos, la recomendación de usar una bota 15 mm más larga que el pie también puede ser inadecuada.

Descontadas las excepciones mencionadas antes, parece que lo ideal es llevar una bota ajustada. Esta bota, cuando está nueva, puede ser algo incómoda debido a que el material todavía no se ha amoldado a la forma del pie y es tan rígido que ejerce una presión incluso dolorosa al realizar ciertos movimientos. El proceso de doma de patines nuevos es infame por lo desagradable que puede llegar a ser, pero los resultados merecen la pena.

Categorías: Deporte

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