…esto no es un subtítulo…
bípedo implume(3)
2022-12-31
Contaba Diógenes Laercio que la Escuela de Platón, en un ejercicio
de parsimonia, definía al ser humano como bípedo implume
, lo
que motivó a su irreverente tocayo Diógenes de Sinope, para tomar un
gallo, desplumarlo y lo presentarlo como el hombre de Platón
.
Los platónicos habrían respondido a esto completando la definición del
ser humano de la siguiente manera: bípedo implume con uñas
anchas
. ¡Inspirados por esta historia truculenta, tratemos de
encontrar una definición tan corta como la original! Hace unos días
encontramos una
definición resultona (bípedo barbilludo) y hoy
encontramos otra
que empieza a sonar mal (barbilludo sudoroso), pero todavía no
hemos agotado las posibilidades.
El ser humano es especialmente sudoroso, que es algo que comparte con los caballos y, en cierta medida, con otros homínidos. Esto hace atractivo definir al ser humano como sudoroso… y algo más.
El ser humano tiene pulgares oponibles, pero los demás homínidos también tienen pulgares oponibles y, aunque no son tan sudorosos como los seres humanos, sí son mucho más sudorosos que muchos otros animales.
El ser humano no es precisamente chato: el ser humano es narigudo. Entre los animales especialmente sudorosos, el ser humano es el que tiene la nariz más prominente.
¡El ser humano es un sudoroso narigudo! Vamos de mal en peor…
Categorías: Miscelánea
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