…esto no es un subtítulo…
2023-01-26
Los Golden Raspberry Awards, más conocidos como Razzies, son una especie de antipremios a lo que los organizadores consideran lo peor de la cinematografía de cada año. De forma resumida, la cosa consiste en elegir a una persona cuyo trabajo cinematográfico, por desgracia, no ha dado los frutos deseados, y seguidamente reírse de ella y señalarla como inútil públicamente.
Si lo de los Razzies, sin concretar, ya es una forma un tanto vil de entender la crítica cinematográfica, la práctica se vuelve particularmente repulsiva cuando el objeto de la burla es un chaval. Y esto de que los talluditos señores de los Razzies se metan con muchachos viene de lejos, desde prácticamente los orígenes de los antipremios en los años ochenta. Quizá uno de los casos más repugnantes fue la nominación del entonces jovencísimo y mil veces maltratado Jake Lloyd por su trabajo en The Phantom Menace.
En la edición que se avecina tocaba humillar a Ryan Kiera Armstrong por su trabajo en Firestarter, pero por fin el escándalo ha sido suficiente para que a los señores de los Razzies se les caiga un poco la cara de vergüenza (o por lo menos se comporten como si así fuera): la chica ya no está nominada y, a partir de ahora, se supone que los menores de dieciocho años se librarán de ser nominados a los Razzies.
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