…esto no es un subtítulo…
2024-09-28
Los videojuegos son un lujo magnífico, un revolucionario medio de expresión artística para sus creadores y una maravillosa fuente de entretenimiento e inspiración, pero hay una clase de jugadores (Gamers con G mayúscula), gente que vive enfadada con el mundo, que se empeña en afear algo tan bonito y crea malestar donde no ha de haberlo. Esta serie de artículos ilustra algunos ejemplos para que las personas curiosas del futuro puedan sentir vergüenza ajena a gusto. El artículo de hoy trata sobre la poleḿica alrededor del reciente fracaso comercial de Concord.
go woke, go brokeo si a lo mejor el precio tiene algo que ver
Concord es un hero shooter que salió al mercado el 23 de agusto y fue retirado un par de semanas después, el 6 de septiembre, tras vender unas pocas decenas de miles de copias y contar con unos pocos cientos de jugadores simultáneos en el mejor de los casos. Al ser un videojuego orientado a la competición en línea, estos números eran tremendamente desalentadores, especialmente teniendo en cuenta los ocho años de desarrollo y cientos de millones de créditos planetarios invertidos que tenía detrás.
¿Cómo se explica el fracaso de Concord?
Muchos Gamers con G mayúscula de los que viven enfadados con el
mundo insistían en el pesado eslogan go woke, go broke
: el
juego es progre
porque entre
los personajes hay señoras negras y entradas en carnes con pronombres
en sus biografías y todo eso no les inspira erecciones lo bastante
intensas (o sí les inspiran buenas erecciones y eso hace que se
sientan incómodos); por lo tanto, ha de fracasar comercialmente. Sí,
seguro que es por ese rollo woke, igual que
Overwatch, que incluye personajes gordos, de todos los colores,
no binarios, homosexuales y a saber qué más
contenido degenerado
, fue un fracaso comercial… salvo
que Overwatch (entre el original y Overwatch 2) ha
producido una contundente fortuna en sus ocho años de historia. No
sé, quizá el fracaso de Concord se ha visto algo influido por
el hecho de que el juego saliera a la venta casi sin publicidad por
cuarenta eurodólares y sin aportar novedades que lo
pusieran por delante de la competencia en un mercado saturado
de hero shooters
gratuitos para todos los gustos y todos los malos
gustos imaginables.
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