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Maldito telemarketing

2009-07-28

Llevo toda la mañana recibiendo llamadas telefónicas cada pocos minutos. Estas llamadas son de telemarketing, esa práctica inmoral y de muy mal efecto que consiste en acosar a clientes potenciales mediante comunicaciones telefónicas no deseadas. Estoy esperando una llamada importante relacionada con mi trabajo, así que no puedo desconectar mi teléfono sin más, pero tampoco llevar una jornada productiva cuando se me interrumpe con tanta frecuencia. La solución, veo, tendrá que pasar por escribir este articulito para desquitarme.

¿Por qué recurren las compañías al marketing directo telefónico? Al fin y al cabo, se trata de una práctica extremadamente indeseable que sin duda provoca el rechazo generalizado del público. Aparte de los escasísimos pero respetables individuos que estando bien informados responden positivamente al telemarketing, la técnica apunta especialmente, sean conscientes de ello o no los diseñadores de estrategias comerciales, a un importante conjunto de la población constituido por individuos mal informados y fácilmente manipulables, tales como ancianos y gente somnolienta. ¡Sarcástico bravo por la ética! Otra clave del éxito del telemarketing está en su utilización generalizada en oligopolios en los que cualquier natural castigo ejercido por el público tiene poco efecto al aplicar las pocas compañías existentes las mismas prácticas comerciales poco éticas y ofrecer productos igual de malos. Este último apunte es de gran importancia: no hace falta usar tácticas indefendibles para vender un producto bueno.

¿Cómo responder a una llamada de telemarketing? Una opción consiste en no descolgar el teléfono o cancelar la llamada. También hay quien descuelga y abusa verbalmente del teleoperador al otro lado de la línea. Puede uno decir que esto es algo tan innecesario como la propia llamada; al fin y al cabo, el teleoperador es sólo una persona que está haciendo su trabajo. ¡Que no sirva esto para permitir cualquier práctica abominable! Te ruego, incauto lector, que no te enfades por esta escandalosa exageración llevada hasta el extremo con el simple fin de ilustrar sin dejar lugar para las dudas una verdad difícilmente discutible: un verdugo también es una persona que sólo hace su trabajo pero no por ello va a ganarse la simpatía y el apoyo del pueblo. ¡Lejos está de mi intención meter a los teleoperadores y a los verdugos dentro de la misma categoría por el daño que hacen a los hombres, pues claramente se trata de males muy diferentes! En cualquier caso, hemos de reconocer la triste realidad de su profesión, que consiste en importunar al público.

Vuelvo a la pregunta original: ¿cómo responder a una llamada de telemarketing? A menudo, simplemente descuelgo el teléfono y explico cortésmente que no estoy interesado en productos y servicios ofrecidos por vía telefónica, que mi línea telefónica es para uso privado y que preferiría no volver a ser molestado, pues, además, cualquier llamada futura sería tan improductiva para la empresa como para mí. Cancelar la llamada también es una buena opción y, si nos sentimos creativos y el teleoperador se encuentra de buen humor, siempre podemos intercambiar papeles sutilmente al principio y descaradamente al final y tratar de vender algún servicio imaginario a nuestro interlocutor, tratándolo siempre con amabilidad. Un método un poco más cruel consite en descolgar el teléfono y poner al teleoperador a la espera de una contestación, pero se trata de una solución mala por el maltrato que supone y porque la línea puede estar ocupada durante mucho tiempo, obstaculizando la recepción de llamadas importantes. Los siguientes criterios son indicadores de la bondad de un método para tratar con una llamada de telemarketing:

  1. El método requiere poco esfuerzo.
  2. El método maximiza las pérdidas económicas de la empresa originaria de la llamada.
  3. El método no maltrata excesivamente al teleoperador.
  4. El método es divertido.
  5. El método no ocupa la línea telefónica durante demasiado tiempo.
  6. El método obstaculiza las llamadas de telemarketing a otras personas.

El criterio número 2 es interesante, pues tiene el objetivo de castigar a la empresa por sus malas prácticas. Los criterios 5 y 6 son habitualmente contradictorios y tendrá prioridad uno u otro dependiendo de la situación.

Para terminar, señalo algo escandaloso: cada vez es más frecuente el uso de dispositivos automáticos en el telemarketing. Ya he recibido unas cuantas llamadas en las que un sintetizador de voz me solicitaba que esperase. En casos así, reconozco que es muy difícil mantener la compostura.

Actualización: la incauta lectora D.G. comparte con nosotros su método para librarse del acoso de las compañías telefónicas:

Mi sistema es eficaz, sencillo, y evita dolores de cabeza y discusiones y sobre todo mal remordimiento:

Cuando recibes una llamada, sea de lo que sea, siempre es de comprar algo. (Gaste dinero, gaste dinero, como sea, pero gaste dinero). La respuesta siempre es: «Ah, disculpe, es que me acabo de cambiar de compañía (a otra) y estoy todavía haciendo las gestiones. (dejas un silencio)… asi que… en fin…»

Parece raro pero SIEMPRE cuelgan sin pensarlo dos veces. Es evidente que, como ellos saben, si estás en [nombre de compañía], por ejemplo, y te acabas de cambiar, el cambio a otra compañía es lo menos deseable.

El efecto es mejor que nunca. No discutes ni cuelgas de mala manera.


Categorías: Miscelánea

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