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2010-08-08
La huelga de celo es una de las medidas de presión a disposición
de los trabajadores. Consisten en aplicar de forma estricta el
reglamento, lo que provoca una pérdida de productividad. Para que
tal truco funcione, el reglamento ha de ser completamente inadecuado
o la organización tiene que funcionar sobre premisas falsas.
Ilustrémoslo con unos ejemplos:
- Los trabajadores de una fábrica realizan una huelga de celo. Esta
acción consiste en aplicar de forma rigurosa las normativas de
seguridad e higiene. La productividad disminuye notablemente como
consecuencia de ello. Ahora bien, si la aplicación rigurosa de una
normativa de cumplimiento obligatorio lleva a una pérdida notable de
productividad, entonces es de suponer que esta normativa no era
aplicada adecuadamente antes de la huelga. Por lo tanto, la empresa
afectada podría ser culpable de haber tolerado el incumplimiento de
la normativa, riesgos laborales inaceptables y una higiene inapropiada.
- Los pilotos de una compañía aérea realizan una huelga de celo.
Esta acción consiste en aplicar de forma rigurosa las normas de
seguridad. Como consecuencia de ello, los vuelos experimentan
numerosos retrasos. Los pasajeros se muestran naturalmente molestos.
Ahora bien, si la aplicación rigurosa de una normativa de cumplimiento
obligatorio conduce a retrasos en las operaciones, entonces es de
suponer que esta normativa no era aplicada adecuadamente antes de la
huelga. Por lo tanto, la compañía aérea podría ser culpable de haberse
saltado la normativa de seguridad, lo que habría puesto en peligro a
sus pasajeros antes de la huelga de celo.
- Los conductores de autobús de una empresa de transportes realizan
una huelga de celo. Esta acción consiste en aplicar de forma rigurosa
el reglamento. Como consecuencia de ello, hay retrasos y los tiempos
de viaje crecen. Los pasajeros se muestran naturalmente molestos.
Ahora bien, si la aplicación rigurosa de un reglamento de obligado
cumplimiento conduce a la imposibilidad de cumplir los horarios
anunciados, entonces es de suponer que el reglamento no era aplicado
de forma adecuada antes de la huelga de celo. Por lo tanto, la empresa
de transportes podría ser culpable de haber tolerado el incumplimiento
del reglamento y haber vendido una capacidad inexistente.
Como vemos, para que una huelga de celo funcione es necesaria una
gestión irresponsable e incluso temeraria. Detrás de cada huelga
de celo puede haber alguien riéndose a carcajadas por haber vendido
algo de forma completamente ilegítima o alguien que diseñó mal
un reglamento.
Hay que aclarar algo sobre la peculiar situación legal de las
huelgas de celo en España. El Real
Decreto-ley 17/1977, de 4 de marzo, sobre relaciones de trabajo
(RDLRT) establece que las huelgas de celo son ilícitas o
abusivas
. Nótese que el RDLRT es anterior a la Constitución
Española, pero sigue vigente (con algunas modificaciones).
Sea como sea, es llamativo que la aplicación rigurosa de una normativa
de obligado cumplimiento sea considerada abusiva.
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https://sgcg.es/articulos/2010/08/08/por-que-funcionan-las-huelgas-de-celo/
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