…esto no es un subtítulo…
2015-06-28
El último lanzador SpaceX Falcon 9 1.1 (CRS-7, con carga para la Estación Espacial Internacional) explotó hoy, 28 de junio de 2015, unos 2 minutos tras el despegue. Llevaba el IDA-1 (International Docking Adapter o Adaptador Internacional de Acoplamiento), un dispositivo que iba a permitir utilizar el sistema de acoplamiento («docking» en inglés) de las futuras misiones estadounidenses, que tras la retirada del transbordador espacial hace 4 años, habían estado recurriendo a la técnica del berthing. Además de esto, la misión CRS-7 llevaba suministros y ciencia.
Evidentemente, la explosión supone una pérdida importante de tiempo y recursos, pero esto no es el fin del mundo. En primer lugar, hay seguros para cubrir las pérdidas económicas. Por su parte, las operaciones en la Estación Espacial Internacional, pasan del plan nominal a uno de contingencia (el slip plan), pero seguirá haciéndose ciencia y no hay falta de suministros.
¿Hay motivos para preocuparse por la seguridad del Falcon 9 1.1? Sí los hay, pues ha habido un fallo catastrófico, pero no habríamos de preocuparnos más que por otros lanzadores. El historial de fallos es comparable al de otros vehículos lanzadores de tamaños y capacidades diversas como el Ariane 5 y Soyuz-2.
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