SGCG

…esto no es un subtítulo…

Ir a: contenido categorías calendario archivo suscripción

Volver arriba

Breve apunte sobre las emociones en los animales

2015-08-08

Muchos animales, ante determinados estímulos, desarrollan comportamientos que sugieren una respuesta emocional análoga a la que experimentaría un ser humano en similares circunstancias. A menudo, es un error seguir una perspectiva antropomórfica y asociar estados mentales humanos a unos animales que en realidad son diferentes. Ahora bien, de igual manera, puede ser un error descartar todo rastro de estado emocional por el mero hecho de tratar con una criatura distinta.

Si aplicamos ingenuamente una perspectiva antropomórfica, podemos asociar por error unas emociones humanas a algo que en realidad es diferente. Un ejemplo de este tipo de error que se ha hecho popular recientemente es el de un lori perezoso (un pequeño primate del sur de Asia) en cautiverio que apareció en un vídeo en el que un ser humano le hacía cosquillas; el animal se quedaba quieto con los brazos en alto, lo que a no pocas personas les sugirió que estaba disfrutando de la situación, cuando en realidad mostraba una reacción defensiva. Este ejemplo, apenas uno entre los muchos que hay, sirve como aviso: no hay que caer en el error del antropomorfismo ingenuo.

Lo dicho en el anterior párrafo no implica, sin embargo, que los animales, por ser diferentes, carezcan de toda similitud con el ser humano. Vayamos por partes. En primer lugar, no es descabellado afirmar que los animales experimentan emociones genuinas. Si asumimos que los demás seres humanos tienen una conciencia, una experiencia subjetiva real, no hay motivos para pensar que el ser humano es especial y los animales, a pesar de contar con estructuras neurológicas y funcionamientos similares, son mecanismos vacíos de conciencia. Si acaso, lo que es descabellado es asumir que los humanos son especiales y los animales son zombis filosóficos: si el antropomorfismo puede ser un error, también puede ser un error el excepcionalismo humano. Además de esto y a pesar de lo visto en el párrafo anterior, sí hay estados mentales que son claramente análogos a los del ser humano, producen comportamientos similares y se disparan por las mismas causas: tal es el caso, por ejemplo, del miedo. También hay casos más oscuros y difíciles de clasificar: por ejemplo, muchos animales no humanos lloran, quizá no exactamente por tristeza, pero sin duda lo hacen al ser expuestos a situaciones que podrían hacer llorar a un ser humano, de manera que sería ingenuo suponer que el animal se encuentra satisfecho y alegre en ese estado.

La conclusión es que la interpretación del estado emocional de un animal no humano es una tarea que puede ser mucho más difícil que la equivalente en el caso de un ser humano. No siempre es legítimo antropomorfizar al animal, pero a veces sí lo es.


Categorías: Miscelánea

Permalink: http://sgcg.es/articulos/2015/08/08/breve-apunte-sobre-las-emociones-en-los-animales/