…esto no es un subtítulo…
2018-09-10
El popular navegador Google Chrome, que se acerca peligrosamente a
la categoría de spyware, en su última
versión manipula
los nombres de dominio que muestra a los usuarios borrando el
prefijo «www.
» cuando está presente. Los subdominios
«www.
» suelen estar asignados a servidores web y, por
ello, podría argumentarse que mostrarlos sin adulterar en los
navegadores web es algo redundante. Esto es peligrosamente
incorrecto, por supuesto, ya que no hay ninguna obligación a que el
subdominio «www.
» apunte al mismo lugar que el dominio
del que cuelga. La disfuncional familia de sistemas operativos
Windows, cuya popularidad ha atrasado décadas el desarrollo de la
informática con un coste económico terrorífico de calcular, nos enseñó
lo desacertada que es la idea con la ocultación de los sufijos de los
nombres de fichero, lo que, unido a otras características de diseño
lamentables, permitió la difusión masiva de programas maliciosos que
ocultaban su dañina naturaleza. Estamos ante el viejo
«fotos-de-las-vacaciones-y-no-un-virus.jpg.exe
», ahora
aplicado a las direcciones web.
Además del problema inmediato de seguridad, hay otro que nos preocupa. Como estamos ya bien espabilados después de tanta mala práctica, deducimos esto de manipular las direcciones viene muy bien si se quiere, digamos así al azar, mandar a la gente a versiones AMP (con lo que el tráfico pasa por Google para sacarle jugosa rentabilidad) de las páginas que visita. Es insensato confiar en quien se porta mal siempre que puede.
El prefijo «www.
» del nombre de dominio no es lo que
indica que una dirección (un URL) apunta a un recurso en un servidor
web; lo que lo indica es el esquema del URL: si es
«http://
» o «https://
». Por supuesto, los
navegadores modernos ya suelen ocultar esto, no vaya a ser que la
gente tenga una remota idea de cómo funcionan las cosas.
Categorías: Actualidad, Informática