…esto no es un subtítulo…
2024-07-31
Los videojuegos son un lujo magnífico, un revolucionario medio de expresión artística para sus creadores y una maravillosa fuente de entretenimiento e inspiración, pero hay una clase de jugadores (Gamers con G mayúscula), gente que vive enfadada con el mundo, que se empeña en afear algo tan bonito y crea malestar donde no ha de haberlo. Esta serie de artículos ilustra algunos ejemplos para que las personas curiosas del futuro puedan sentir vergüenza ajena a gusto. El artículo de hoy trata sobre una polémica relacionada con la consultora Sweet Baby Inc.
En el mundo real Sweet Baby Inc. es una consultora que ofrece servicios relacionados con la narrativa de videojuegos, especialmente en lo que se refiere a temas de representación de minorías étnicas y otras cuestiones del estilo. He aquí un ejemplo de cómo puede trabajar la consultora: una desarrolladora de videojuegos que está haciendo un videojuego cuyo protagonista pertenece al pueblo inupiat puede contratar a Sweet Baby Inc. para asegurar que la cultura del protagonista queda bien reflejada, lo que puede ayudar a conseguir buenas ventas entre jugadores inupiat.
Según la retórica de muchos Gamers enfadados, Sweet Baby
Inc. está arruinando
los nuevos videojuegos de las grandes
compañías desarrolladoras caiga: según cuentan (agarrémonos bien,
porque vienen curvas), abundan los personajes homosexuales,
transgénero, obesos, feos, discapacitados, de tez oscura
y females,
todos ellos mal escritos, mientras desaparecen los hombres blancos
hipermasculinos bien escritos desaparecen. Los videojuegos se han
vuelto woke y políticos
y esto es un problema
insoportable y real en la mente de estos Gamers; tan
preocupados están que hasta han creado listas negras de
videojuegos arruinados
por Sweet Baby Inc.
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