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Perturbadores movimientos de MakerBot Industries (2)

2012-09-28

Esto empieza a ser agua pasada, pero es importante darle fin a lo empezado en el anterior artículo que trataba sobre dos polémicas intensas que se habían desarrollado alrededor de MakerBot Industries, una empresa dedicada a las máquinas de fabricación aditiva (conocidas por el horripilante nombre de «impresoras 3D») que surgió a partir del proyecto de hardware libre RepRap y cuyos productos habían sido hasta ahora, de hecho, hardware libre.

MakerBot se aleja del hardware libre

Los rumores de que la nueva apuesta de MakerBot Industries, la Replicator 2, iba a ser una caja cerrada (propietaria, privativa, no libre) han sido confirmados definitivamente: ni hay planos disponibles ni los habrá. La máquina se parece mucho a la anterior, la Replicator, cuyo diseño sí está disponible y es libre, pero eso significa poco. El diseño de la placa de control está disponible, por ejemplo, pero casi todo el diseño mecánico es secreto. El nuevo programa de control de la máquina, MakerWare, es una capa de software privativo montada sobre otros componentes que son software libre.

El abandono del hardware libre en la Replicator 2 es uno de los dos aspectos en los que este nuevo producto se aleja de la comunidad de hackers que vio crecer a la compañía. La Replicator 2 está pensada no como un aparato con el que trastear, con el que pegarse y aprender; está pensada como una herramienta que ha de apartarse del medio, ya que ahora el único fin es fabricar piezas de plástico. Eso de hacer piezas de plástico también era el objetivo fundamental anteriormente, pero también había un aspecto importantísimo de experimentación, montaje, modificación y reparación: una versión muy descafeinada de lo que era hacerse y operar una RepRap. La Replicator ya había perdido mucho atractivo en este frente al venir ya montada, así que esto ya se venía venir de lejos. Nos dicen (y parece que es cierto) que el mercado de los manitas y los hackers que quieren dedicar un fin de semana a armar un aparato por el placer de armarlo es insignificante comparado con el de quienes sólo quieren una herramienta para lograr otros objetivos. Más felices, pues, quienes no disfrutan manchándose las manos y prefieren entretenerse de otras maneras. En cuanto a los manitas y los hackers que no iban a hacerse una RepRap pero sí querían montar algo, bien pueden buscarse alternativas libres y más o menos equivalentes a la Replicator 2 como la Ultimaker.

El alejamiento de MakerBot Industries del hardware libre puede ser visto como una pequeña desgracia. Esta empresa era para muchos la niña bonita del hardware libre: la prueba de que se puede competir contra monopolistas y contra quienes tienen fábricas allí donde la mano de obra es más barata y reemplazable que los tornillos. Para MakerBot Industries, el sueño se ha truncado. Al menos, sigue fabricando en Estados Unidos y sus trabajadores no son esclavos.

Condiciones de servicio de Thingiverse

Sobre la cuestión de las condiciones de servicio de Thingiverse, el abogado de la empresa explica lo evidente sobre los dos aspectos polémicos del punto 3.2:

• Que sirven para poder publicar en Thingiverse quieren publicar en tal sitio. Esto es importantísimo porque Thingiverse acepta publicar diseños bajo licencias no libres que prohiben la creación de obras derivadas o el uso comercial.
• Que la renuncia a hacer uso de lo que en términos legales se conoce como «derechos morales» (privilegio de exigir la atribución y la preservación de la integridad de una obra) en lo que se refiere a la vida de los trabajos en Thingiverse sirve para evitar problemas ridículos pero reales: el privilegio de obligar a la preservación de la integridad de una obra podría ser utilizado, en principio, para tratar de prohibir la creación de obras derivadas incluso caundo la licencia escogida por el autor las autoriza explícitamente; sin importar el resultado, la defensa ante tal situación sería difícil de asumir. Ahora bien, los derechos morales son irrenunciables en legislaciones como la española (tal es el motivo por el que en España un autor tiene prohibido publicar su obra en el dominio público: no se le permite renunciar a los derechos morales aunque quiera hacerlo).

Categorías: Actualidad

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