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Derecho a llevar escote

2009-05-27

Una chica con escote.
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Mucho ha llovido desde el brumoso pasado del mundo occidental, cuando la concepción del cuerpo humano como algo pecaminoso estaba firmemente arraigada en la mentalidad general. Actualmente, al ser humano se le supone un elevado nivel de dignidad como parte de su naturaleza. Por desgracia, todavía quedan restos notables de los antiguos prejuicios, especialmente cuando están en contra de las mujeres, a saber por qué. Incauto lector, puedes estimar tus condiciones morales y las de tu entorno respondiendo a esta pregunta:

¿Qué comentarios suscita normalmente la presencia de una joven con un escote pronunciado?

Los comentarios desagradables suelen caer dentro de las tres categorías enumeradas a continuación:

  1. Críticas relacionadas con el buen gusto estético.
  2. Piropos burdos.
  3. Insultos puritanos.

La primera categoría no es relevante en el presente artículo y bastará señalar que la percepción del buen gusto en el vestir es variable tanto en la población como en el tiempo, es decir, que para gustos, colores. La segunda categoría es un sumidero de pobreza intelectual y tampoco es relevante en este artículo. La chicha, pues, está en la última categoría. Los insultos puritanos son degradantes y están completamente fuera de lugar. Muchos son los que gozan de manifestar lo ofendidos que se sienten al ver grandes porciones de piel humana; y sus filas están constituidas no sólo por señorones mayores de elevada moral religiosa educados en tiempos más represivos, no, sino que es tristemente común encontrar jóvenes que se escandalizan tras ver poco más que un tobillo.

En mi pequeño museo de los horrores orales tengo una barbaridad salida de la boca de una señora que se merece un buen abucheo por parte de todas las mujeres que se respeten a sí mismas. Traduzco aquí sus palabras a un lenguaje más educado que el que ella empleó:

Se visten como prostitutas. Yo las cogería y las (sometería a un horripilante maltrato sexual que este humilde escritor no va a reproducir aquí).

Una rápida consulta al calendario me indicó que no había viajado hacia atrás en el tiempo y que, de hecho, alguien había proferido semejante atrocidad en pleno siglo XXI.

También hay comentarios frecuentes sobre lo malas que son las mujeres, que al parecer usan sus encantos para conseguir toda clase de ventajas. Esto es ridículo. ¿Hace falta recordar que no es tanto que hay provocadores como personas que se dejan provocar? ¿Qué pasa, que hay alguna ley que dice que hay que obedecer a las mujeres con escote? Incluso en el caso de que la mujer se vista provocativamente para hacer trampas, el malo de la película es quien discrimina, no el discriminado. Si una persona viste con algún tipo de prenda provocativa, puede hacerlo por múltiples motivos legítimos, desde los más comunes («¡hace mucho calor!») hasta los más rebuscados («¡no había más ropa!»), pasando por los más simples y potentes («¡porque me apetece, caramba!»); y si lo hace para aumentar su atractivo físico, bravo por quien tenga que mirarla.

Propongo un ejercicio mental. Lo llamo «métete en su papel». Quien lo practica es el jugador y ha de seguir con su imaginación las siguientes reglas en orden:

  1. El jugador va a decir una barbaridad porque una joven luce un amplio escote.
  2. En ese momento, una tercera persona afirma a viva voz que el jugador es sucio e impúdico porque lleva alguna parte de su piel al aire.
  3. El jugador se siente gravemente insultado.

Hay una variante. La llamo «el salvaje que insultó a mi hijita imaginaria». Igual que antes, el jugador ha de seguir con su imaginación unos sencillos pasos:

  1. El jugador, acompañado por su hijita pequeña, va a decir una barbaridad porque una joven luce un amplio escote.
  2. En ese momento, una tercera persona afirma a viva voz que la hijita del jugador es sucia e impúdica porque lleva los bracitos al aire.
  3. El jugador siente un fuerte impulso asesino.

Hay quien pone el grito en el cielo debido a su convicción religiosa. Es inútil discutir con esta clase de gente porque las cuestiones de fe son infalsables por naturaleza. También hay gente que es simplemente maliciosamente tonta; lo mejor es no dirigirle la palabra.

Desde aquí animo a todo el mundo a aceptar y celebrar la dignidad del cuerpo humano. Enseñar la piel con moderación es bueno para la producción de vitamina D y para el estado de ánimo.


Categorías: Derechos, Dibujos

Permalink: http://sgcg.es/articulos/2009/05/27/derecho-a-llevar-escote/