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Gawker ha cerrado

2016-08-24

Gawker, ese medio que a veces publicaba historias decentes y a veces publicaba jactanciosamente y sin consentimiento información sensible sobre la vida privada de particulares de toda clase (con especial interés por «sacar del armario» a personas mantenían su homosexualidad en secreto y mostrar grabaciones robadas de gente manteniendo relaciones sexuales), cerró oficialmente este lunes. Una de sus escandalosas malas jugadas de los últimos años le salió muy mal al medio tras pasar por los tribunales y el pago es tan oneroso que no hay manera de mantener la empresa a flote.

Hace unos meses se descubrió que detrás del pleito que hundió a Gawker estaba una acaudaladísima víctima del tabloide con ganas de venganza. Había varias causas abiertas y puede que la estrategia fuera una de desgaste, pero se dio la afortunada circunstancia de que uno de los casos tenía mérito suficiente para acabar con el tabloide. La sensación es agridulce debido a que hay evidencia de que el dinero puede comprar la justicia y acabar con un medio de comunicación, pero hay que recordar en todo momento que estamos no ante una muerte por desgaste, sino por sentencia firme.

Los defensores del tabloide afirman que a menudo publicaba noticia de buena calidad y que es dañino cerrar un medio por algún error cometido. Vaya, pues estos errores no eran meros casos aislados, sino actos reiterados y defendidos con orgullo. Quienes permitieron una vez tras otra la publicación de pseudonoticias (que más bien eran campañas de acoso) supuestamente eran adultos responsables y sabían perfectamente lo que hacían una vez y otra y otra más.

Desde Gawker afirman que el pago impuesto es excesivo. ¡Evidente es que la empresa no puede sobreponerse debidamente a él! ¿Quizá habría sido mejor algo más asequible para que el tabloide siguiera haciendo daño por capricho como hasta ahora?

La retórica de la defensa va más allá. Al parecer, es aterrador el cierre de Gawker porque significa que una causa judicial puede acabar con un medio de comunicación. ¿Qué pasaría si otro multimillonario aniquilara en los tribunales con cualquier medio serio, ejemplo de ética periodística y faro que nos guía entre una niebla de la desinformación? Pues pasa que es intelectualmente deshonesto meter en el mismo saco a unos abusones que publican secretos de alcoba sin consentimiento con la prensa que busca informar de asuntos relevantes. Tenemos una lección de realidad: escudarse tras el emblema del «periodismo» no da carta blanca para cometer cualquier clase de atropello.

Otra cuestión es la de la pérdida de puestos de trabajo. Esto es un problema, sin duda, pero son los responsables del medio quienes pusieron en peligro los empleos de sus trabajadores.

Si hay un problema en todo este asunto, es que ha hecho falta una campaña de venganza por parte de un multimillonario para acabar con un patrón de actos dañinos que tendría que haber acabado por otros medios. Un tipo peligroso con muchísimo dinero le ha parado los pies a otro tipo peligroso y con muchísimo (pero no tanto) dinero. Un asco, vaya.

Categorías: Actualidad, Derechos

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