…esto no es un subtítulo…
2024-07-27
Los videojuegos son un lujo magnífico, un revolucionario medio de expresión artística para sus creadores y una maravillosa fuente de entretenimiento e inspiración, pero hay una clase de jugadores (Gamers con G mayúscula), gente que vive enfadada con el mundo, que se empeña en afear algo tan bonito y crea malestar donde no ha de haberlo. Esta serie de artículos ilustra algunos ejemplos para que las personas curiosas del futuro puedan sentir vergüenza ajena a gusto. El artículo de hoy trata sobre una polémica relacionada con el videojuego Stellar Blade.
Stellar Blade es un videojuego de acción que enfatiza contundentementex el atractivo sexual de la protagonista, una supersoldado futurista que se enfrenta a legiones de bestias de pesadilla con espectaculares golpes acrobáticos, una posición de lordosis que provoca dolor de espalda solamente de verla, taconazos permanentes y una selección de trajes coleccionables que incluye atuendos superheroicos ajustados, combinaciones estilosas, vestidos poco prácticos para la actividad atlética, trajes de baño, lencería sexy y modelitos provocativos de fantasía ciberpunk.
Resulta que el mismo día del lanzamiento al mercado del juego salió
una actualización del juego que modificaba un par de maillots tapando
algo de escotazo y cadera y hacía cambios casi imperceptibles en otros
atuendos. Pues vale, esto de los «parches del día uno» para hacer
correcciones de errores de programación y de arte no es novedoso en
absoluto. ¿O no vale?
¡No
vale para algunos! Hay gente que montó una absurda campaña de
protesta con recogida de firmas: que si esto es un atentado contra
la libertad creativa
, que si es censura
, que si
es publicidad engañosa
… Porque la censura
ahora consiste
en aprovechar la distribución de actualizaciones a través de Internet
para hacer pequeños retoques creativos que llegaron después de
fabricar los discos del juego.
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